Más de 350.000 autónomos afiliados al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de la Seguridad Social son falsos autónomos, el equivalente a cerca del 10% del total de cotizantes a este régimen, según cálculos de la organización de autónomos UPTA a partir de los datos de afiliación al RETA de los últimos dos años.
Para UPTA, se trata de una cifra “preocupante” para la economía y el sistema de cotizaciones de la Seguridad Social. Estos trabajadores, que se dan de alta como autónomos, deberían estar sujetos a un contrato laboral de asalariado, de ahí que se les denomine falsos autónomos.
El caso más paradigmático de los llamados falsos autónomos ha sido el de los repartidores de plataformas digitales como Glovo, que justamente acaba de anunciar el cambio de su modelo laboral en España para que estos trabajadores dejen de ser autónomos y pasen a tener un contrato laboral como asalariados.
Precisamente, UPTA advierte de que aunque este fenómeno se concentró inicialmente en sectores como el reparto de comida a través de plataformas digitales, ya se ha expandido a otras áreas profesionales, afectando a campos como la salud, la educación, la construcción y otros profesionales cualificados.
“Sólo en los últimos dos años, los sectores de alta cualificación han incorporado más de 40.000 profesionales autónomos a nivel estatal. Sectores como la salud, en especial enfermeros, médicos, fisioterapeutas y podólogos, están siendo cada vez más afectados”, alerta UPTA.
La organización subraya que muchos de estos profesionales sanitarios deberían estar contratados como asalariados por empresas o centros clínicos, pero se les contrata como autónomos, “lo que vulnera sus derechos laborales”.
“En el ámbito educativo, especialmente en centros privados y empresas de formación para adultos, los docentes, que en el pasado debían ser contratados como asalariados trabajan como autónomos, lo que también ha incrementado el número de falsos autónomos en este sector”, ha denunciado UPTA.
En cuanto a los servicios jurídicos y actividades profesionales como economistas, arquitectos, aparejadores y tasadores están contratando profesionales como autónomos en lugar de asalariados, añade la organización.
“Esta situación está generando un grave perjuicio económico a los profesionales autónomos que ejercen su actividad de forma legal y perjudica gravemente el sistema de cotizaciones al sistema público de Seguridad Social”, insiste UPTA.
El fenómeno de la “glovolización” del trabajo autónomo, como lo denomina UPTA, también está afectando a la construcción y al transporte de mercancías fraccionadas. “Repartidores en furgonetas y trabajadores en la construcción están siendo contratados como autónomos, cuando, en realidad, desempeñan funciones propias de empleados asalariados, con el único propósito por parte de los empresarios de evitar cotizaciones y responsabilidades con los asalariados”, expone.
Según UPTA, la tarifa plana para autónomos ha favorecido la proliferación de los falsos autónomos. Así, la organización señala en un comunicado que, aunque esta medida fue diseñada para apoyar a los nuevos emprendedores, “ha sido utilizada por empresarios para contratar a jóvenes con la falsa promesa de una carrera profesional estable”.
“Estos trabajadores, al ser considerados autónomos, quedan atrapados en una situación de inseguridad laboral, sin los derechos y beneficios que les corresponderían como empleados. A pesar de que la Seguridad Social está bonificada y no tienen gastos adicionales, no se garantiza una estabilidad ni el desarrollo profesional dentro de la empresa”, denuncia.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, ha emplazado al Ministerio de Trabajo y a la Agencia Tributaria a que realicen un cruce de datos para identificar a los profesionales que facturan en exclusividad o semiexclusividad a una sola empresa. “Es urgente poner freno a la falsedad contractual que se está produciendo en nuestro colectivo”, concluye.