Se suele decir que la abogacía es una profesión bien pagada. En realidad depende quién pague. En España existen diferencias notables entre las expectativas salariales de los letrados según opten por entrar en un bufete nacional, una Big Four, un despacho internacional, una boutique o en el departamento legal de una empresa. De esta forma, los bufetes internacionales son, de media, los que mejor pagan: si las cosas van bien, el abogado que llega a socio, el máximo escalafón jerárquico, puede llegar a embolsarse hasta 350.000 euros anuales, más extras. Por contra, en los bufetes nacionales, este tope suele rondar los 230.000 euros más variables (un 52% menos).
Así lo releja el último informe de F&B Consultores Legales, que recoge los resultados de una encuesta a 500 abogados de España, destacando las diferencias salariales entre abogados según su lugar de trabajo. Por ejemplo, si lo normal es que un socio en una Big Four aspire a un salario que ronda los 250.000 euros, el sueldo de un director de asesoría se estanca en los 130.000 euros. Si bien, remarcan los analistas, estos son salarios medios y no toman en cuenta retribuciones extras y pagos variables, que pueden inflar las nóminas, hasta alcanzar, en algunos casos, el millón de euros anuales.
Los expertos detectan varias tendencias de interés. Cada vez más firmas legales optan por los salarios variables. “Observamos una tendencia creciente en los últimos cuatro años a incluir aumentar salarios variables como forma de retener talento en el sector jurídico español”, destacan los consultores. De nuevo, son las firmas internacionales, más las grandes consultoras, las que más apuestan por este modelo de compensación. Por edad, los abogados jóvenes no suelen tener derecho a este tipo de retribución por objetivos (sólo el 44% de los juniors la reciben). Pero el porcentaje se dispara a un 92% en el caso de profesionales con entre 8 y 15 años de experiencia.
Los abogados son, por lo general, un gremio insatisfecho con su sueldo. “A pesar de que los salarios en el sector legal son generalmente altos, la encuesta refleja que la mayoría de los abogados demandan subidas salariales para que sus salarios se ajusten al coste de vida, a la carga de trabajo y a la media del sector”. Los letrados demandan más políticas de salario variable y que este “dependa del rendimiento personal” y no tanto “de los objetivos del despacho o del departamento”.
Lo paradójico es que son los abogados de las firmas internacionales, es decir, los que más cobran, los que afirman sentirse más insatisfechos a nivel económico. Un 42% así lo apunta. Y, sin embargo, son los abogados de boutiques y de empresas los que más conformen están con su nómina: así lo confirma un 60% de los encuestados.
Subidas
La voraz competencia por el talento cala en frecuentes revisiones salariales. El 68% de los letrados consultados disfrutó de un aumento en el último año. Subidas que se dieron en un mayor porcentaje en hombres (un 71%) que en mujeres (un 64%). Estas mejoras económicas destacan en la franja de entre los 8 y los 15 años de experiencia. La conclusión es que las firmas miman a sus profesionales más consolidados porque son objeto de deseo de la competencia. “Ofrecerles aumentos salariales constantes ayuda a mantenerles en la organización”.
Y, otra vez, son los bufetes internacionales los que, con más frecuencia, inflan la nómina de sus profesionales. El 80% en esta franja afirmó haber recibido un aumento. En el otro extremo de la balanza, los abogados in house sufren los salarios más congelados: solo el 50% tuvo una subida.
La encuesta también confirma lo que muchos rumorean, que cada vez menos juristas están dispuesto a renunciar a su vida privada. Ascender ya no es la primera prioridad en su lista, de hecho, el 46% de los encuestados sacrificaría parte de su sueldo para ganar tiempo libre.
Y no es una cuestión generacional: precisamente, son los jóvenes los menos dispuestos a aceptar este trato (también son los que menos cobran, en torno a 35.000 euros). Los que atesoran hasta 7 años de experiencia sacrificarían hasta 5.000 euros por más tiempo libre; los que superan el umbral de los 8 años, aceptarían un tijeretazo de hasta 10.000 euros por conciliar, según la encuesta.
Más residualmente, los abogados señalan como motivación para el cambio la importancia de buscar una firma con prestigio, un buen ambiente de trabajo, cambios geográficos o de especialidad.
Codazos por los mejores
Llamadas. La mayoría de los abogados encuestados, el 85%, afirma haber recibido alguna vez una llamada de un headhunter.
De 30 años. Los jóvenes que rondan la treintena son los más rondados por los cazatalentos: el 90% de los letrados con entre 4 y 15 años de experiencia admite que alguna vez recibió una llamada de estos captadores.
Internacional. Son más contactados por los cazatalentos los abogados de despachos internacionales y boutiques (un 91 y un 90% reconocieron contactos) que los de los bufetes nacionales (un 80%).
Dinero. Una subida salarial no blinda a un abogado de ser cortejado por la competencia. De hecho, los abogados más satisfechos con su salario son los que mayor contacto tienen con los headhunters (un 86%). Llama la atención que el 45% de los abogados que han recibido una subida salarial recientemente han participado en un proceso de selección de la competencia en los últimos 12 meses. “Esto sugiere que, aunque recibir subidas salariales regulares puede ayudar a retener el talento, por si solas no son suficientes”.
Procesos. El sector que demuestra una mayor rotación es el de la abogacía in house (un 63% afirma haber cambiado de trabajado hasta dos veces en los últimos dos años). Los bufetes nacionales, en cambio, consiguen mejor ratio de retención (solo un 35% reporta un cambio reciente).