El sector inmobiliario es el mayor consumidor específico de energía de Europa, con una absorción de energía del orden del 40 %, y donde entorno al 75 % de los edificios son ineficientes desde el punto de vista energético. En España estos niveles de ineficiencia superan el 85%.
La descarbonización del parque inmobiliario es por tanto uno de los objetivos a largo plazo de la UE, para hacer efectivos los compromisos del Pacto Verde Europeo, (o European Green Deal) en particular lograr un parque inmobiliario totalmente descarbonizado en 2050.
En esa línea de actuación, se siguen dando nuevos pasos y el 14 de abril pasado la Comisión Europea adoptó definitivamente la modificación de Directiva relativa a la Eficiencia Energética de los Edificios (DEEE revisada), aprobada por el Parlamento el pasado mes de marzo.
El texto final de la norma quedo redactado el 14 de abril pasado, pero norma en el momento de redacción de este articulo está pendiente de publicación en le Diario Oficial de la Unión Europea. Una vez publicada entrará en vigor en y comenzará a contra el plazo de dos años para que cada uno de los Estados miembros procedan a transponerla a su legislación nacional.
La DEEE revisada actualiza el marco regulatorio vigente (2018) estimulando las renovaciones de los edificios menos eficientes con la flexibilidad necesaria para considerar las circunstancias de los Estados Miembros.
La DEEE no impone ninguna obligación de renovación a los propietarios de viviendas individuales.
La DEEE establece el marco jurídico básico para que los Estados miembros reduzcan las emisiones y el uso de energía en los edificios públicos y privados, residenciales o destinados a otros usos. La DEEE revisada establece objetivos ambiciosos para reducir el consumo global de energía de los edificios, dejando en manos de los Estados miembros las medidas a adoptar y los edificios a los que estas se aplicarán y los plazos intermedios para alcanzar los objetivos exigibles a todos los países miembros.
La DEEE marca objetivos de reducción del consumo de energía y los plazos máximos para cumplirlos, pero los Estados Miembros tienen libertad para decidir a qué edificios irán destinadas las medidas y en qué consistirán estas medidas.
En los edificios residenciales existentes el objetivo de reducción del consumo medio de energía primaria es del 16 % en el 2030 y en un 20-22 % en el 2035. La normativa nacional de cada Estado Miembro deberá garantizar que al menos el 55 % de la disminución del consumo medio de energía primaria se logre mediante la renovación de los edificios menos eficientes, pero cada Estado decidirá las concretas medidas para llevarlo a cabo.
En los edificios no residenciales existentes, habrán de haberse renovado el 16 % de los edificios menos eficientes en el 2030 y el 26 % los citados edificios en 2033. Los Estados miembros tendrán la posibilidad de eximir de estas obligaciones a determinadas categorías de edificios residenciales y no residenciales, incluidos los edificios históricos o vacacionales.
Medidas para eliminar progresivamente la calefacción alimentada con combustibles fósiles e impulsar la energía solar y movilidad sostenible
La DEEE revisada no establece una fecha partir de la cual este prohibido instalar calderas que utilicen combustibles fósiles, sí que introduce criterios para que los Estados Miembros establezcan prohibiciones en función de las emisiones de gases de efecto invernadero, el tipo de combustible utilizado, o exijan cantidad mínima de energía renovable para alimentar las calefacciones.
Además, partir del 1 de enero de 2025 no podrán concederse subvenciones para la instalación de calderas alimentadas con combustibles fósiles.
Los Estados Miembros deben garantizar el despliegue de instalaciones solares adecuadas en grandes edificios públicos ya existentes y en edificios no residenciales ya existentes que se sometan areformas relevantes.
El ejecución de los objetivos del plan REPowerEU para impulsar la independencia energética de la UE, la DEEE revisada exige que todos los edificios nuevos tengan cero emisiones in situ procedentes de combustibles fósiles, a partir del 1 de enero de 2028 para los edificios públicos y a partir del 1 de enero de 2030 para los privados.
La DEEE también impulsa la movilidad sostenible con requerimientos sobre puntos de recarga para vehículos eléctricos y las plazas de aparcamiento para bicicletas.
Las renovaciones de edificios
Otro aspecto clave de la DEEE revisada es el de la mejora en la planificación de las renovaciones de edificios y el apoyo técnico y financiero a las renovaciones, dirigidas particularmente a los clientes vulnerables y a los edificios menos eficientes.
Los Estados miembros crearán planes nacionales de renovación de edificios, a fin de establecer la estrategia nacional para descarbonizar el parque inmobiliario y la manera de abordar los obstáculos restantes, como la financiación, la formación y la forma de atraer trabajadores más cualificados.
Los Estados miembros deben someter los proyectos de planes a la evaluación de la que podrá formular recomendaciones para la elaboración de los planes definitivos. Los planes nacionales de renovación de edificios se presentarán como parte del proceso de aprobación de los planes nacionales integrados de energía y clima antes de finales de 2025.
Por tanto, hay un camino trazado por la UE pero mucho trabajo por delante de implementación normativa y de planificación por parte de cada uno de los Estados Miembros