Prácticamente 1 de cada 3 euros de los 15.728 millones de euros que componen el proyecto de Presupuestos del País Vasco estará destinado a Sanidad. Así lo ha asegurado el lehendakari, Imanol Pradales (PNV), que ha situado el área sanitaria “como primera prioridad” del Ejecutivo vasco en las cuentas públicas para el próximo año.
La sanidad se enmarca dentro del ‘Fortalecimiento de los Servicios Públicos’, primer pilar de las tres líneas estratégicas del anteproyecto vasco. Pradales ha adelantado la cifra global que prevé para hacer realizar este objetivo superará por primera vez los 5.000 millones, lo que “que supondrá “una inversión los 2.300 euros en salud por cada vasca y vasco”.
El jefe del Gobierno Vasco ha subrayado que “desde el primer día nos marcamos como objetivo prioritario contar con una sanidad pública de referencia a nivel europeo. La mejor manera de lograrlo es de la mano de las y los profesionales porque son quienes mejor conocen la realidad”.
De esta manera, Pradales vincula el desarrollo presupuestario a la Mesa de Salud, que persigue un acuerdo en la materia con todos los actores del sector y cuya misión es consensuar lad bases para afrontar los retos de futuro. Esta, ha explicado es una “visión a largo plazo”, que “debemos compaginar nuestro trabajo con los quehaceres del día a día, como reducir las listas de espera o fortalecer la Atención Primaria”.
Además de la cuestión del acuerdo vasco, este presupuesto debe servir también para materializar las propuestas que tanto PNV como sus socios de Gobierno, el PSOE, se comprometieron a materializar en esta legislatura y que pasan entre otras por el incremento de la contratación de más personal sanitario, el desarrollo de las infraestructuras y la implementación de una plataforma de investigación con el sector privado que permita el desarrollo de soluciones en sanidad.
Pradales además ha defendido el rigor en el gasto y la inversión. “Un presupuesto nos revela que tenemos límites y tenemos que decidir. No llega para todo y nos obliga a priorizar. Nos exige aplicar eficiencia y eficacia en el gasto y la inversión. También aplicar el rigor en el endeudamiento, activándolo para la inversión de carácter productivo y no para hacer frente al gasto corriente. Porque, al igual que en nuestras casas, no es lo mismo pedir un préstamo para la formación de nuestros hijos o para comprar un coche de alta gama”.
El lehendakari ha admitido que, aunque estamos inmersos en un ciclo económico positivo, “los recursos de hoy no están garantizados mañana. Debemos aprovechar el actual ciclo de crecimiento para activar inversiones productivas y transformadoras que nos preparen para el futuro. Inversiones que ensanchen la capacidad de nuestro País para generar nuevas fuentes de riqueza y ahorro”.