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El presidente Gustavo Petro se saludó con el ex jefe paramilitar, Salvatore Mancuso, que ahora es gestor de paz, en medio de un evento de reparación a las víctimas en Montería, Córdoba
Entre los puntos más destacados de la intervención del primer mandatario, afirmó que el proceso de paz que hicieron con Uribe, fue un fracaso. “A ustedes los extraditaron, no estaba en el proceso de paz”. Resaltó también que por mucho tiempo fueron aplaudidos y “los mismos que los aplaudían, los llevaros a una justicia extranjera, los traicionaron. La paz no se hace con traiciones, se hace con la palabra puesta sobre la mesa”.
Cuestionó por qué la desconfianza permea los procesos y cuestionó el hecho de que no se ha podido establecer la paz. “Entonces la tentación de Pablo Escobar se vuelve más importante que la palabra del sacerdote Camilo Torres. Ha fundido eso en la nueva violencia colombiana, y no porque ya muchos hayan perdido sus banderas ideológicas, su razón de ser, no significa que no tengamos que resolverla ahora poque puede convertirse en un obstáculo para construir una Nación”.
Resaltó que resolver el problema implica colaboración y por eso afirmó “lo nombré a usted Salvatore gestor de paz. Para que ayude a la paz”. Indicó que no se puede repetir el pasado y señaló que presuntamente al Clan del Golfo lo han usado políticos para quedarse con los bienes entregados por el grupo paramilitar para que no llegaran a las víctimas.
Contó además que “usaron el proceso con los paramilitares para que la tierra pasara a manos de unos cuantos politiqueros y politiqueras. El señor fiscal Barbosa se negó a dar la lista de los bienes en extensión de dominios de los narcotraficantes porque han pasado a manos de políticos, familiares de los dueños del Estado y por eso las dificultades que tenemos hoy para encontrar los caminos de la verdad“.
Invitó entonces a Mancuso, a Jiménez y Rodrigo Tovar a reactivar la mesa de paz porque “el proceso no ha terminado. Dado que no se han entregado los bienes que ustedes entregaron a la justicia, a las víctimas, el proceso entonces no se ha terminado. Quedó interrumpido. Para ello entonces le propongo instalar la mesa para finiquitar el proceso de paz que inició el presidente Álvaro Uribe con ustedes, pero esta vez sin traición, sin miedo a la verdad”.
El fin de esto, según el primer mandatario, sería que el pueblo se beneficie del proceso y que se de indemnización como antesala del perdón. “Reconstituir el proceso de paz con el paramilitarismo colombiano y finiquitarlo con entendimiento y que debe tener una propuesta y hecho definitivo que es devolver todas las tierras que tengan testaferros, políticos, que hayan ocultado en las Notarías o que estén en manos de otras organizaciones, devolvérselas al pueblo campesino que fue víctima de la acción para resarcir“.
Informó entonces que emitirá cartas nombrando gestores de paz a los antiguos compañeros de Mancuso para que apoyen el proceso y se pueda llegar a un acuerdo de paz estable que se mantenga en el tiempo.
“Voy a hacer una carta también, un acto administrativo, recuperando la palabra rebelión y rebeldía. No porque sea ingenuo y piense que lo que dispara en las montañas de Colombia sea la expresión de una rebeldía más escaza, sino porque vale la pena recuperar a quienes aún piensan que por rebeldía están en una montaña. Porque no debió desparecer del léxico jurídico de Colombia la palabra “rebelión” reemplazado con algo llamado terrorismo que no nos ha ayudado a resolver los problemas de violencia”.