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Yendry Paola Hernández Villamil se presentó ante la Superintendencia de Industria y Comercio con el fin de registrar la marca Mambo para distinguir productos y servicios de las clases 25, 40 y 41 de la Clasificación Internacional de Niza, los cuales corresponden a calzado de baile, confección de ropa y organización de eventos.
Luego de la solicitud, María Esperanza Gómez Botero presentó oposición ante las clases 25 y 40 en cuestión con fundamento en el literal a) y b) del artículo 136 de la Decisión 486 de la Comisión de la Comunidad Andina.
La parte opositora argumentó que “las actividades para las cuales se solicita la marca Mambo son similares a las actividades para las cuales mi representada hace uso y tiene depositada su enseña comercial Mambo, particularmente en lo que tiene que ver con la relación de los productos en las clases 24 y 25 internacional, pues la solicitante pretende registrar su marca para los mismos productos de la clase 25 y, adicionalmente, para los servicios de la clase 40 confección de prendas de vestir”.
Además, añadieron que la marca comercial Mambo identifica al establecimiento de comercio en general y no a un servicio o producto específico. Por lo tanto, al comparar las actividades asociadas con la marca Mambo y los productos y servicios de la marca solicitada Mambo, se nota que hay una conexión o complementariedad que podría causar confusión o asociación indebida.
La marca solicitante no dio respuesta a los argumentos presentados por la oposición.
La SIC en su análisis dijo que “esta dirección observa que es el elemento nominativo de cada signo el preponderante en sus conjuntos, por cuanto son las palabras las que causan mayor impacto en el consumidor por ser aquellas que usaría para pedir los productos y servicios protegidos con la marca solicitada, y las actividades comerciales desarrolladas por parte del establecimiento de comercio previo. Así las cosas, se encuentra que los signos analizados Mambo / Mambo son similarmente confundibles. En efecto, al apreciarlos en conjunto se observa que son ortográfica, fonética y conceptualmente similares, como quiera que el signo solicitado Mambo reproduce en su totalidad la enseña comercial sin que los elementos gráficos le otorguen distintividad”.
Teniendo en cuenta los argumentos, la Superintendencia de Industria y Comercio decidió negar el registro de la marca Mambo, dado las similitudes que presenta en comparación a la marca existente.