El día 24 de junio de 2024 vieron la luz las Conclusiones del Consejo sobre la actualización de las Directrices de la UE sobre los menores y los conflictos armados.
El documento -COHOM 137- arroja unos datos preocupantes en tanto que, en los últimos diez años, aprecia el Consejo, han aumentado en gran medida las violaciones graves de los derechos de los menores. En concreto, i) asesinatos y mutilaciones, ii) reclutamiento o uso como soldados o desempeñando otras funciones que no son de combate, iii) secuestros, violaciones y otros tipos de violencia sexual y de género, iv) ataques a escuelas y hospitales y, v) la denegación de acceso a la ayuda humanitaria.
Así las cosas, el Consejo ha adoptado tales Directrices con el fin de reforzar su contribución al respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos de los menores. Esta actualización está adaptada plenamente al marco establecido por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En este sentido, la UE colaborará con organizaciones internacionales y países socios para desarrollar políticas y medidas globales, con el fin de respetar, proteger y cumplir los derechos de todos los menores sin discriminación alguna, además de aumentar sus oportunidades de ser miembros responsables y resilientes de la sociedad.
Interesa destacar que, debido a la naturaleza cambiante de los conflictos y de las crisis humanitarias prolongadas, la UE seguirá mejorando el vínculo de su labor en las dimensiones humanitaria, de desarrollo y de paz de dichas crisis, adecuando más la prevención de conflictos, la gestión de crisis y la ayuda humanitaria con la ayuda al desarrollo y las inversiones en educación en situaciones de emergencia y protección social en todo el mundo. La protección de los menores afectados por conflictos ha de seguir siendo un pilar central de los programas de derechos humanos, de paz y seguridad, de consolidación de la paz, de desarrollo y de ayuda humanitaria.
En este crudo contexto, la UE entiende que, existen obstáculos importantes que dificultan la eficacia del apoyo humanitario. Entre estos retos figuran la naturaleza compleja y en constante cambio de los conflictos modernos, las limitaciones en el acceso a los territorios y las poblaciones afectadas debido a la violencia en curso o a obstáculos administrativos restrictivos, y la falta de capacidad de los agentes locales para abordar adecuadamente las necesidades de los menores.
Así, la UE dispone de una serie de instrumentos que deben entrar en funcionamiento bajo las iniciativas existentes, a saber: Diálogo político, gestiones diplomáticas y declaraciones públicas, cooperación multilateral, apoyo al sector no gubernamental internacional, nacional y local, cooperación con los socios, entre otros.
Sea como fuere, el perfeccionamiento de estas Directrices hace entrever la trascendencia y magnitud, a cargo del legislador europeo, al dotar de prioridad la salvaguarda de los derechos y bienestar de los niños en tiempos de guerra en un claro ambiente de inestabilidad política.
Por consiguiente, la UE vigilará los progresos realizados y presentará informes periódicamente con el fin de garantizar sendas respuestas frente a los desafíos cambiantes a los que se enfrentan los menores en los conflictos armados.