En el mundo digital que vivimos, los CEO se han convertido en potentes canales de comunicación estratégica y transmisores de la cultura y los valores de las empresas que dirigen, superando en algunos casos la capacidad de llegada de los perfiles corporativos de las compañías. Su papel en redes sociales es especialmente relevante porque conectan mejor con su público, y cada vez más, los departamentos y agencias de comunicación y marketing planifican la estrategia digital de las empresas de una manera holística, teniendo también en cuenta la capacidad de influencia de los líderes empresariales.
Esta tendencia tan marcada en sectores como el gran consumo, retail, banca o telecomunicaciones también empieza a alcanzar tímidamente al sector legal, apuntando a que los responsables de los grandes despachos de abogados no podrán permanecer ajenos al mundo de las redes sociales por mucho más tiempo. Y, sobre todo, teniendo en cuenta que la filosofía de los abogados es estar donde están sus clientes.
LinkedIn sigue siendo el entorno natural por excelencia de los directivos de las empresas, aunque ha cambiado la forma de estar. Ahora mismo potenciar el lado humano se ha convertido en un “must” para comunicar. Hace poco se presentaba el Panel TOP-229 CEOs en LinkedIn 2024, de la consultora Epsilon Technologies, un ranking de los líderes más influyentes de nuestro país, y la conclusión era clara: los CEO cada vez son más seguidos, con una evolución exponencial en el crecimiento y parte de este éxito estaba en dar prioridad el contenido personal sobre el corporativo.
Los 229 CEO analizados en el estudio acumulaban más de 1,9 millones de seguidores, un 80% más que en 2023, y más de 1,2 millones de interacciones, un crecimiento anual del 74%. Los posts más exitosos de los directivos españoles llegaban a acumular hasta 13.000 interacciones, y todos ellos compartían la tendencia de mostrar su lado más humano.
A nivel internacional, las cifras son todavía más abrumadoras. Hay perfiles que superan el millón de seguidores como los CEO de General Motors (Mary Barrar) o JP Morgan (Jamie Dimon) o el caso de Satya Nadella, CEO de Microsoft, que supera los 11 millones de seguidores (fuente: 10 Fortune 100 CEOs with over 100 k followers on LinkedIn). En estas listas cuesta encontrar a un presidente o socia directora de grandes despachos, y hay que fijarse en las big four para hallar a los grandes influencers del sector de servicios profesionales.
Es fácil imaginar los desafíos y riesgos que objetan los líderes de las firmas legales para mostrarse cautos en LinkedIn, pero también deberían pensar en las grandes oportunidades que las redes sociales ofrecen. Una organización que cuenta con un líder influyente ofrece una ventaja competitiva en la atracción y fidelización del talento, mostrando de manera natural la cultura empresarial e inspirando a sus seguidores desde el terreno de la empatía, sacando pecho por los logros conseguidos, pero sin tener miedo a reconocer los errores.
Las redes están llenas de ejemplos de CEO que cuentan anécdotas e historias de su vida personal y aficiones, que hablan de su día a día en el trabajo, que se implican personalmente en el lanzamiento de nuevas líneas de negocio de una manera divertida, que participan de numerosas iniciativas corporativas y que están dispuestos a analizar públicamente el impacto de sus decisiones empresariales; y para ello no dudan en recurrir al storytelling, selfies y vídeos, todo aquello que les permita conectar con sus stakeholders de una manera más personal y auténtica.
Lo hemos visto recientemente en situaciones de crisis como la vivida en Valencia con la Dana. Hemos presenciado ejemplos de CEO que no han dudado en dar su opinión y punto de vista de una manera abierta e incluso a narrar desde el terreno, como un voluntario más, su experiencia personal y sus emociones.
Todo esto representa un nuevo paradigma para la reputación corporativa, donde la imagen que percibimos de las firmas y empresas depende cada vez más de la imagen que proyectan sus líderes. En este escenario se ha vuelto vital que los valores y objetivos de los responsables empresariales estén alineados con los de las organizaciones que representan.
¿Estarán los líderes del sector legal dispuestos a dar el paso definitivo en redes sociales? Desde luego parece que ausentarse o estar por estar ya no es viable. Más allá de construir una marca personal sólida, su presencia puede tener un impacto directo en la reputación de la firma y, si la estrategia se enfoca de manera adecuada, puede resultar el mejor aliado en la relación con los clientes y grupos de interés.