Las empresas capearon mejor los problemas económicos en 2023 que en el año anterior. Parece que, poco a poco, se ven tímidos brotes verdes en la economía del tejido empresarial español. Según el anuario concursal elaborado por el Colegio de Registradores y publicado este jueves, el número de concursos se redujo un 17,8%, hasta alcanzar los 4.493, tras el gran incremento experimentado en 2022 (que fue del 26,7%). Además, las compañías que tuvieron que pasar por este procedimiento no habían acumulado tanto pasivo o deuda como en 2022, pues hubo un descenso de un 50%. El total de pasivo de las empresas concursas superó levemente los 5.000 millones de euros (en 2022 esta cifra fue de 10.500 millones).
Por otro lado, la sociedad concursada típica continúa perteneciendo al sector servicios (no inmobiliarios) e inicia el procedimiento cuando el negocio cumple once años de antigüedad. Otra de las conclusiones que arrojan los datos publicados por el Colegio de Registradores es que el 97,4% de las empresas que entran en concurso y superan la fase común (es decir, no son declarados sin masa por no contar con suficientes activos) terminan en liquidación. Más del 50% de los concursos declarados en 2023 (2.660 casos) se corresponden con los denominados “sin masa”, es decir, sin posibilidad de abrir fase de convenio por no contar con patrimonio o activos.
El anuario concursal subraya que 2023 estuvo marcado por la entrada en vigor de los nuevos procedimientos especiales para microempresas como alternativa a los procedimientos concursales ordinarios o tradicionales. Durante este periodo se registraron un total de 495 de estos procedimientos, en su gran mayoría (96,2%) de liquidación.
Situación financiera
La deteriorada situación financiero patrimonial en la que se encuentran las sociedades que inician el procedimiento, sea ordinario o especial, y voluntario en el 97% de los casos, se ha convertido en una característica estructural más del mismo: dos terceras partes tienen resultados netos negativos y más del 50% ni tan siquiera generan recursos positivos para atender su deuda. Aquellas sociedades que inician el procedimiento en 2023 presentan fondos propios negativos en el 47% de los casos (53,6% en 2022), y tan sólo el 16,5% habría tenido capacidad financiera suficiente como para cumplir un convenio aprobado dentro de los límites habituales de la Ley concursal (13% en 2022).
Duración media
En 2023 se ha estimado que el concurso de menos complejidad típico (liquidatorio) tarda 351 días en concluir, 1.678 días (1.484 en 2022) si excluimos los concursos sin masa y exprés (aquellos con conclusión de concurso simultánea a la declaración); mientras que los de mayor complejidad requieren de 2.430 días (2,877 en 2022 y 2.716 en 2021). La mayor parte de este tiempo, de nuevo, se consume en la fase de liquidación, siendo ajeno por tanto a cuestiones procesales.
Por su parte, los concursos denominados “sin masa”, con y sin nombramiento de administrador concursal, y que han concluido en 2023, han tenido una duración media de casi 70 días; y poco más de un mes un el 5% de los casos.
Expectativa de cobro
En relación con las expectativas de cobro de los acreedores ordinarios (y siempre bajo el supuesto de cumplimiento íntegro de los pagos), la mediana de la expectativa de cobro de las deudas en 2023, 48,8%, fue ligeramente superior a años anteriores (47,7% en 2022, 47,5% en 2021 y 47,6% en 2020), siendo de un 58,7% para convenios aprobados en fase común (sin apertura de fase de convenio, y por tanto más ágiles). En un 25% de los casos esta expectativa de cobro es superior al 80,3% de las deudas (67% en 2022), y en un 5% de los mismos se devolvería más del 94,8% (96% en 2022) de las deudas.
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