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Una de las estafas más comunes ocurren por las compras en internet, la mejor manera que encuentran los delincuentes para robar datos, dinero y mucho más. Y es que según el Análisis del Nivel de Madurez de Ciberseguridad en Colombia, que se basa en datos oficiales, el país experimentó 28 mil millones de ciberataques en 2023.
Sin embargo, a junio de 2024, ya se han registrado 20 mil millones de ataques, lo que indica una aceleración alarmante en la actividad cibernética maliciosa.
A pesar del aumento preocupante en los ataques, las empresas colombianas están respondiendo con un notable incremento en la inversión en ciberseguridad. De 2023 a 2024, el 85% de las empresas han aumentado sus presupuestos destinados a proteger sus sistemas.
Además, se prevé que para 2025 la inversión en ciberseguridad en Colombia crecerá un 19%, posicionando al país entre los cinco primeros en el ámbito de la inversión en seguridad en la región.
Es importante destacar que el país se está consolidando como uno de los líderes regionales en ciberseguridad, destacándose por su creciente inversión y sus iniciativas para mitigar los riesgos cibernéticos.
“El notable aumento en los ciberataques en Colombia es alarmante y destaca la necesidad urgente de reforzar la ciberseguridad. A pesar de esta creciente amenaza, es positivo ver que las empresas están aumentando sus inversiones en seguridad, posicionando a Colombia entre los líderes de la región en este aspecto. Esta respuesta proactiva es esencial para enfrentar las amenazas digitales cada vez más sofisticadas”, mencionó Alejandro Navarro, gerente general de GMS Colombia.
El informe también destaca que, además del incremento en la frecuencia de los ciberataques, estos se han vuelto más sofisticados, dirigidos a objetivos más cercanos a los usuarios y a industrias particularmente vulnerables, lo que facilita la obtención de mayores ganancias en un solo ataque. Aunque los sectores más afectados siguen siendo el financiero (35%), los grupos empresariales (27%), las empresas legales (14%) y el gobierno (11%), los ataques están comenzando a expandirse hacia áreas como la construcción, el sector salud y el educativo.
Para contrarrestar este preocupante panorama es fundamental saber cómo evitar fraudes online. Hay varios consejos fundamentales para que no se deje estafar.
- No confiar en las ofertas “demasiado bueno para ser verdad”, desconfíe siempre de los superdescuentos en los que le ofrecen de todo.
- Usar métodos seguros de pago, nunca las empresas que envían dinero. El PSE en estos casos es clave, los enlaces fraudulentos que le envían buscan eso: robarle sus datos. También es recomendable no guardar los datos del método de pago.
- Comprobar al máximo la identidad y antecedentes de los vendedores en línea. Acá también es de mucha utilidad leer los comentarios en redes sociales e investigar a fondo lo que va a comprar y quién lo vende.
- Proteger el computador utilizando firewalls, antivirus y software anti-espía, que impiden que le saquen la información.
- Proteger la privacidad: evitar compartir los datos indiscriminadamente.
- No utilizar para compras conexiones de redes desconocidas, como wifi extrañas.
- Los portales en los que se realizan las compras, deben publicar un aviso legal con información relativa a la política de protección de datos, así como detalles sobre las normas de cancelación de los pedidos.
- Fijarse en la letra pequeña. Toda promoción, oferta y venta está sujeta a lineamientos y condiciones; asegúrese de leerlos atentamente todos antes para evitar sorpresas.
- No ver las políticas de devolución es siempre un tema que le debe dar desconfianza.
Por su parte, respecto a la seguridad del comprador, expertos dicen que: “la seguridad del comprador es un derecho clave que protege al consumidor online respecto a los pagos y la información suministrada para adquirir un producto. En ese sentido, las tiendas online deberán contar con sistemas de seguridad fortalecidos para evitar fraudes o robos a los consumidores, así como vulneraciones a sus tarjetas”.
El retracto, entre tanto, es un derecho esencial a la hora de comprar por internet. De hecho, al realizarse por canales no convencionales es, tal vez, el único que difiere con los derechos de consumidores tradicionales de forma presencial.
“No es lo mismo comprar algo que se está viendo de forma presencial a una fotografía en la página web, y, tal vez, cuando el producto es recibido por el comprador, por diferentes razones como el tamaño, o algún otro, puede que no cumpla sus expectativas”.