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La ley ofrece diferentes alternativas para permitir iniciar procesos según sea el caso. Sin embargo, las opciones son tan amplias que muchas veces los procesos pueden confundirse entre sí. Aquí le explicamos en qué consisten las demandas, denuncias y tutelas, así como cuándo y cómo puede interponer cada una.
En primer lugar, la demanda, por definición, es un acto mediante el cual una persona natural o jurídica, denominada demandante, solicita ante un operador judicial la intervención y solución de un conflicto. De acuerdo con Diana Carvajal, directora de litigios de Riveros Victoria Abogados, cualquier persona tiene derecho a interponer una demanda, siempre que cumpla con los requisitos establecidos por la ley. “No obstante, es fundamental considerar que acudir a la vía judicial debe ser la última opción, dado que la congestión judicial, derivada de la alta carga procesal, es un problema significativo que impacta la eficiencia en la resolución de los casos”, aclaró la experta.
Para interponerla, lo primero es elaborar el escrito de demanda, el cual debe incluir una relación de hechos presentada de forma clara y ordenada cronológicamente para facilitar su comprensión. Asimismo, debe especificar con precisión las pretensiones del demandante. Todo lo anterior debe estar debidamente respaldado con los medios probatorios, como documentos, testimonios y otros elementos de prueba. Una vez tenga elaborado el documento podrá radicar la demanda a través de los canales digitales dispuestos por la Rama Judicial.
Por otro lado, la denuncia es un acto mediante el cual una persona pone en conocimiento de las autoridades unos hechos que pueden constituir un delito con el propósito de que se investigue.
Estas pueden presentarse en los puntos de atención habilitados o a través de la página web de la Fiscalía General de la Nación. Es fundamental realizar un relato detallado de los hechos y adjuntar las pruebas que se tengan disponibles con el fin de facilitar el inicio y desarrollo de la investigación.
Finalmente, la acción de tutela es un mecanismo constitucional diseñado para proteger los derechos fundamentales, tales como el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la intimidad, entre otros. La acción de tutela permite a los ciudadanos exigir la protección inmediata de estos derechos cuando sean vulnerados.
Si desea interponer esta acción, el primer paso es elaborar el escrito el cual debe contener una exposición clara de los hechos, la identificación de los derechos fundamentales vulnerados, la petición concreta de protección y los elementos de prueba que sustenten la ocurrencia de los hechos alegados. Una vez completado el documento y anexadas las pruebas correspondientes, la persona podrá radicar la tutela a través de la plataforma Tutela en Línea, habilitada por la Rama Judicial para la recepción de este tipo de acciones.
Antecedentes
Es importante que las personas analicen el resultado que desean obtener antes de iniciar cualquier acción legal. Por ejemplo: si buscan la protección de un derecho fundamental, deben presentar una acción de tutela; si pretenden denunciar la comisión de un delito para que sea investigado, deben interponer una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación; y si, por el contrario, buscan el cumplimiento de un contrato, deberán optar por las vías legales correspondientes en el ámbito civil.