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En el marco de la versión número 23 del Congreso Panamericano de Riesgo de Lavado de Activos, la Financiación del Terrorismo y la Financiación de la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva, Laftfpadm, de Asobancaria se puntualizó ayer respecto a la prevención y combate del crimen organizado en Colombia.
En este se planteó un contexto en el que de acuerdo con cifras del índice global de crimen organizado en 2023, Colombia ocupa el segundo lugar entre 193 países con el más alto índice de criminalidad.
Al respecto, el coronel Edwin Masleider Urrego Pedraza, director de Investigación Criminal e Interpol afirmó que el crimen organizado “hemos organizado un análisis acerca de por qué las estructuras vienen creciendo. Surge entonces la nueva estrategia contra las estructuras multicrimen. Buscamos afectar las estructuras en doble vía, no solo judicializar a los cabecillas, sino también las bases de las estructuras, como la persecución de las finanzas”.
Así las cosas, la hoja de ruta para combatir el crimen organizado, según afirmó Ariel Ávila, senador la República, se debe prestar atención a las zonas rurales donde se dan explotaciones ilegales entre otros problemas, pero también las zonas urbanas, pues “lo más preocupante para mí es lo que está pasando en las ciudades. El caso de Bogotá es traumático, hay locales en Chapinero que están cerrando por extorsión”, bajo esta línea la necesidad de financiamiento de los grupos ilegales entrarán a otros mercados en los que se deberá poner la lupa por parte del Gobierno.
En términos de retos en política criminal, el ponente Jorge Fernando Perdomo, exviceministro de Política Criminal y Justicia Restaurativa, resaltó que hace falta poder identificar el crimen, pues “es un desafío para los jueces porque se va por un cabecilla pero hay que avanzar en la investigación del fenómeno en el contexto y el funcionamiento”. A esto agregó que la transnacionalidad del crimen dificulta la investigación y el proceso judicial tampoco cubre la complejidad del panorama y diversas fuentes de financiación como el lavado de activos.
Este, justamente, fue el tema para abarcar las formas en que las empresas pueden evitar caer en delitos como este. En este sentido, Rodrigo Lara Restrepo, exsenador de la República de Colombia, afirmó que “la prioridad para desarticular las organizaciones es la destrucción de sus finanzas. Y la mejor forma de hacerlo es control y regulación de transacciones”. El seguimiento de este campo, según el experto, debe ser riguroso, sobre todo si se trata de efectivo, “debería prohibirse por completo las compras en efectivo a partir de determinados montos”, lo anterior ya que “el lavado se hace en efectivo, todo el comercio ilícito se paga en efectivo”.