A finales de 2022, España abrió las puertas a los nómadas digitales, un colectivo en creciente expansión dentro de los trabajadores internacionales. Se tratan de trabajadores no comunitarios, autorizados a residir en España para ejercer una actividad laboral o profesional a distancia para empresas radicadas fuera del territorio nacional mediante el uso exclusivo de medios y sistemas informáticos, telemáticos y de telecomunicación.
Antes de la implementación de esta autorización de residencia, algunos extranjeros desistían de venir a vivir a España apostando por otros destinos. Y los que se instalaban en España, lo hacían con una residencia no lucrativa que no les autorizaba a trabajar. Estos últimos, aunque su trabajo no afectaba directamente al mercado laboral español, incumplían las condiciones de la autorización al realizar su actividad.
La inseguridad jurídica se resolvió en diciembre de 2022 con la publicación de la Ley de Fomento del Ecosistema de Empresas Emergentes, también llamada Ley de Startups.
Los nómadas digitales encuentran en nuestro país un destino atractivo por su calidad de vida, clima, y cultura. Pero competimos con otros países como Portugal, Italia, Grecia, Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia… que también cuentan con regulaciones específicas e incentivos para este ellos.
Su presencia tiene un impacto positivo directo en la economía. Por un lado, a través del aumento del consumo local (alojamiento, restauración, ocio y otros servicios) y el fortalecimiento de sectores económicos como el turístico. Y por otro lado, por el aumento en la recaudación de impuestos y cotizaciones sociales.
Así mismo, suponen la llegada de profesionales altamente cualificados, lo que puede tener un efecto positivo en la innovación y la competitividad de sectores estratégicos. Aportan sus habilidades y conocimientos, y establecen conexiones y colaboraciones con empresas locales, potenciando así el ecosistema emprendedor español.
No obstante, hay factores preocupantes que es necesario afrontar. Uno de los principales desafíos es su responsabilidad en el aumento del coste de la vida. El incremento en la demanda de viviendas y servicios puede llevar a un aumento del coste de vida en las áreas más populares entre los nómadas digitales. Esto afecta negativamente a la población local, que ve cómo los precios de los alquileres y otros bienes y servicios esenciales se encarecen debido a la llegada de residentes con mayor poder adquisitivo.
El mercado inmobiliario, especialmente el sector de alquileres, ha visto un repunte debido a la llegada de estos trabajadores en ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia o Málaga.
Adicionalmente, la integración de los nómadas digitales en la comunidad local es otro aspecto a considerar. A la vez que enriquecen la diversidad cultural, también es imprescindible fomentar la cohesión social y evitar la creación de burbujas sociales aisladas.
Para potenciar los beneficios y minimizar los posibles efectos adversos, es vital implementar políticas complementarias que aborden estos retos: fomentar una distribución equilibrada por el territorio, revitalizando las zonas con menor demanda y protegiendo las ya tensionadas por factores como el turismo; elaborar estrategias de vivienda que armonicen las necesidades de los residentes locales con las exigencias de los nómadas digitales, esto podría implicar incentivos para la edificación de viviendas asequibles y normativas que prevengan la especulación inmobiliaria. Y destinar recursos a la mejora de infraestructuras y servicios públicos para hacer frente al aumento de la demanda.
En conclusión, las autorizaciones de residencia para nómadas digitales representan una oportunidad significativa para la economía española. A través del consumo local, el estímulo al mercado inmobiliario y la atracción de talento internacional, estos trabajadores pueden contribuir de manera sustancial al crecimiento económico del país. Sin embargo, es esencial que las políticas se ajusten para abordar los desafíos que surgen, garantizando así que los beneficios se distribuyan de manera equitativa y sostenible.
Finalmente, es destacable que el auge de los nómadas digitales coincide con la inminente derogación de la Golden Visa por inversión inmobiliaria. Sin duda, los nómadas digitales aportan más valor añadido a la sociedad y a la economía española que, en general, unos simples actores del mercado inmobiliario de lujo.
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