La carrera para suceder a Victoria Ortega al frente de la Abogacía Española (CGAE) está al rojo vivo. El anuncio de elecciones para el próximo 28 de junio ha movilizado tres candidaturas y aún hay margen, hasta el 13 de junio, para que asome algún otro candidato. En este esprint, la abogada Carmen Pérez Andújar ha sido primera en dar un paso al frente para presidir una institución que representa a unos 250.000 profesionales en España, tanto en activo como no ejercientes. Salvo que surja otro aspirante, Pérez Andújar se medirá en las urnas con el decano de Las Palmas, Rafael Massieu, y con el decano de Málaga, Salvador González Martín. La letrada recibe a CincoDías en su despacho, Maio Legal, frente al Retiro madrileño, del que es socia de litigación y arbitraje, y muestra sus cartas a los 83 decanos y decanas (las mujeres solo lideran 23 de estos colegios) electores. Las espadas están en todo lo alto.
Carmen Pérez Andújar conoce bien los entresijos institucionales. No en vano fue durante cinco años la secretaria de la junta de gobierno de la decana Sonia Gumpert en el Colegio de la Abogacía de Madrid, y durante diez años ha sido consejera electiva en el CGAE, puesto al que no optó a la reelección el pasado mes de marzo para concurrir a estas elecciones como una abogada más.
La letrada ha sido miembro del consejo, pero marca distancias con Victoria Ortega y promete escuchar activamente a los decanos y decanas para mejorar el futuro de la profesión. Entre los temas más urgentes, Pérez Andújar marcará en rojo en el calendario del consejo, si es elegida, las reivindicaciones del turno de oficio y de los mutualistas que reclaman una pensión digna. Desde su punto de vista, hay que cambiar la estrategia: “Si siempre se hacen las mismas cosas, se van a obtener los mismos resultados”. En lo personal, la abogada se declara una trabajadora empedernida, íntegra, analítica y responsable. Confiesa que le apasiona viajar y conocer nuevas culturas. Su eslogan: “Por un abogacía más influyente, fuerte y unida”.
Pregunta. ¿Por qué ha decidido presentarse a presidir el CGAE?
Respuesta. El principal motivo es que creo que el consejo necesita un cambio en su gestión que lo haga avanzar y sobre todo para que, de una vez por todas, nuestro colectivo tenga de verdad el peso y el reconocimiento que debe tener, no solo porque seamos muchos, sino por la importantísima labor social y constitucional que realizamos.
P. Ya hay dos candidatos más, ¿cree habrá alianzas territoriales a la hora de votar?
R. Creo que los decanos y decanas votarán a la persona, es decir, al proyecto que más les convenza. He iniciado una primera ronda de llamadas en la que, sobre todo, estoy escuchando para recoger sus sentires, preguntándoles cuáles son sus opiniones sobre el funcionamiento del consejo y sobre lo que creen que debería ser la institución. Es la manera de construir el mejor plan de futuro para la abogacía.
P. ¿Cómo definiría su programa de gobierno?
R. Es un programa integrador que ante todo pone en valor el trabajo que se ha hecho, pero que, lógicamente, apuesta por un cambio porque la abogacía merece mucho más. He sido consejera electiva 10 años y mi sensación es que en ese tiempo no hemos avanzado a la velocidad que deberíamos. Por ejemplo, como con el tema del turno de oficio, que no terminamos de realmente que se escuche lo que reivindicamos. Mi idea es cambiar las formas, con una presidencia más activa, más presente y atenta en la escucha. Es el consejo el que tiene que estar al servicio de esos 83 decanos y decanas, no al revés.
P. Habla de cambios. Si la eligen, ¿cuáles serían sus primeras medidas?
R. Ahora mismo hay un tema muy candente que nos preocupa absolutamente a todos y es la mutualidad, es decir, el tema de nuestras jubilaciones. Se ha abierto una brecha importante y creo que tenemos la responsabilidad de reconducir el tema. Urge buscar soluciones. Muchos abogados y abogadas tenemos ahí nuestro dinero y se debe buscar la solución más adecuada para todos, especialmente para el grupo de compañeros que sienten que la mutualidad no les ha protegido.
P. ¿Apoyaría como presidenta del CGAE la pasarela al RETA?
R. Claro, sí. Ahora bien, analizando el impacto, porque la mutualidad no puede quedar desprotegida ni salir nadie perjudicado. Todos debemos tener la seguridad, la confianza y la tranquilidad de que vamos a tener unas pensiones dignas y justas. Nuestra obligación es sentarnos con la mutualidad, las asociaciones, el ministerio y, sobre todo, no buscar culpables, sino soluciones.
P. Los mutualistas y los abogados de oficio se han echado a la calle. ¿Cree que el apoyo del CGAE ha sido suficiente?
R. Creo que hay decanos y decanas que no han sentido todo el apoyo necesario en estas cuestiones por parte del consejo. Y creo que siempre se puede y se debe hacer más. Estamos obligados, porque quienes están detrás de nosotros son los colegiados y esto funciona si todos estamos a una. Creo que la falta de apoyo es un error porque en el momento en el que hay una brecha en una organización se abren más brechas y, al final, la división lleva a que se generen más problemas.
P. El malestar del abogado de a pie, ¿intensifica la desafección hacia las instituciones?
R. Esa desafección es algo endémico. Yo lo veo, sobre todo, cuando hay elecciones en un colegio por la baja participación. Quienes están al frente de la institución tienen que atraer a los colegiados y a las colegiadas. Para ello hay que tratar de justificar por qué los colegios de abogados son importantes. Creo que es importante que haya instituciones que nos representen a todos y que nos defiendan con una única voz.
P. ¿Qué opina de las críticas a la presidencia del CGAE por asuntos como las dietas y viajes en pandemia? ¿Debería abrirse el melón de las cuentas?
R. La crítica, si es constructiva, es siempre bienvenida y, en consecuencia, hay que escucharla. La institución debe ser aún más transparente, porque tenemos obligación de serlo. No hay que olvidar que el consejo se financia con las cuotas de los colegiados. Estamos obligados a ser cristalinos. Por otro lado, es evidente que el tiempo que se dedica a la institución debe ser retribuido. Podemos entrar a valorar cuál es el mejor sistema de retribución, pero, sinceramente, creo que no tenemos nada que ocultar y, cuando surge una polémica de este tipo, lo que hay que hacer es dar la cara y explicar. No creo que se gaste dinero sin cabeza. Lo que hay que hacer es reflexionar sobre las partidas y ajustar allí donde se pueda. Hay que es analizar el gasto y ver dónde podemos ser más eficientes y, de hecho, creo que hay personas en el consejo, y me refiero dentro de los decanos y decanas, con un perfil muy bueno para poder realizar esa labor.
P. ¿Cuál debe de ser la relación entre el CGAE con los colegios? ¿Y con los poderes del Estado?
R. El consejo tiene que estar al servicio de todos y cada uno de los colegios y tiene que ser su apoyo básico y fundamental. Y con respecto a los poderes del Estado, la relación tiene que ser más fluida, debemos tener peso y ser reconocidos en la forma en la que merecemos como colectivo. Y no solo a nivel nacional, también en Europa. Tenemos que ganar peso en la Confederación de Colegios de Abogados de Europa. Tenemos que tratar de ser influyentes allí, ser un verdadero lobby, porque prácticamente todo lo que nos afecta viene de la Unión Europea.
P. Usted ha sido vocal de la comisión de innovación. ¿Debería aprobar el consejo un decálogo para el uso de la inteligencia artificial?
R. La profesión evoluciona y, evidentemente, nuestro código deontológico tiene que evolucionar e ir de la mano. Una guía de uso correcto creo que es algo positivo y que además puede ayudar. De hecho, en Europa se está trabajando sobre este tema y va a tener impacto en nuestro ejercicio profesional.
P. ¿Debería la Abogacía estar en TikTok ?
R. Hay mucha abogacía joven utilizando esa red social para llegar a sus clientes porque, al final, la gente emprendedora es gente joven y se sienten identificadas con esa forma de comunicar. TikTok sirve para dar píldoras, mensajes cortos y actuales. Habrá que analizar si debe de ser una de las herramientas que utilice el consejo, para que el público más joven sepa qué hace la Abogacía.
P. ¿Qué le contestaría a un decano o decana si le preguntase por qué debe ser usted la presidenta del CGAE?
R. Le diría que sería un gran honor y, por supuesto, una gran responsabilidad para la que siento que he estado preparándome en estos años de vida institucional. Conozco cuáles son sus puntos débiles y también sus grandísimas fortalezas. Creo firmemente que estoy preparada para situar a la abogacía en el lugar que se merece y me llena de ilusión poder hacerlo. Tengo una larga trayectoria profesional, con prácticamente 28 años de ejercicio litigando en juzgados y tribunales y, además, una buenísima trayectoria institucional. Estoy dispuesta a asumir este reto que tenemos por delante en un momento muy crítico con el tema de la mutualidad y con el del turno de oficio.
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