En un sector tan competitivo como el de las promociones inmobiliarias, donde la eficiencia y la precisión en la ejecución son esenciales, las Alternative Legal Service Providers (ALSP) o proveedores alternativos de servicios legales, están emergiendo como aliados estratégicos para promotoras y profesionales del sector. La creciente tendencia en la contratación de una ALSP para la entrega de una promoción inmobiliaria está generando una serie de beneficios significativos que están cambiando las reglas del juego en este mercado.
Esto ocurre por varios factores, sobre todo, en lo que se refiere a un aumento de la eficiencia en todo el proceso: las promociones inmobiliarias implican una cantidad significativa de documentación legal, desde contratos de compraventa hasta acuerdos de financiación. Por lo que la tecnología que utiliza las ALSP, como la creación automatizada de documentos y la automatización de procesos agilizan la generación, revisión y firma de documentos legales necesarios minimizando errores y reduciendo costes.
Esta tecnología también está sirviendo para agilizar la gestión de transacciones inmobiliarias para facilitar la comunicación, el intercambio de información y el control y seguimiento de los hitos del proyecto. Esto optimiza la gestión de transacciones reduciendo los tiempos de ejecución.
Aunque los aspectos tecnológicos son clave para mejorar esa eficiencia en la gestión de un volumen de documentos muy elevados, las ALSPs no podrían ser efectivas si no hubiera un equipo detrás especializado en derecho inmobiliario que aporte conocimiento en regulaciones específicas, gestión de proyectos y resolución de conflictos.
La escalabilidad y la adaptabilidad a cada promoción inmobiliaria conlleva también una reducción de costes operativos, diferenciándose su actuación en las tres fases más marcadas de un proceso de escrituración:
Primero, la preventa. Se realiza un análisis minucioso de la documentación relacionada con la propiedad, garantizando una redistribución equitativa y legal de las cargas hipotecarias, un proceso que implica estrategias que abarcan la división horizontal y redistribución de cargas hipotecarias. Igualmente, se realiza un análisis exhaustivo de cada uno de los compradores para garantizar la transparencia, y dar cumplimiento a las obligaciones legales que recaen sobre una promotora inmobiliaria, en materia de prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo.
Segundo, la venta. Las ALSP desempeñan un papel central en la coordinación y agenda de firmas ante notario, facilitando la interacción entre compradores y posibles terceras partes, como entidades financieras, notarías y gestorías. Actúan como representantes del cliente durante las firmas ante notario, garantizando la rápida y correcta ejecución de los compromisos asumidos en el contrato privado. Asimismo, en ese mismo acto se entrega un paquete de bienvenida, que incluye documentación esencial sobre la vivienda, las llaves de acceso y cualquier información relevante para los nuevos propietarios.
Y tercero, la postventa. La fase de postventa implica una serie de tareas críticas, aquí la función primordial de una ALSP se enfoca en la liquidación del impuesto sobre Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (Plusvalía) y el otorgamiento de cancelaciones hipotecarias. Estas acciones son cruciales para cerrar la transacción con todas las garantías legales y de forma transparente, asegurando que estos procesos se realicen de manera eficiente, con un resultado exitoso para todas las partes involucradas.
La creciente incorporación de las ALSP en promociones inmobiliarias en los últimos años está transformando poco a poco el sector. Esta tendencia refleja una evolución en la manera en que se abordan los aspectos legales y contractuales de los proyectos inmobiliarios, ofreciendo ventajas tanto para los promotores como para los compradores.
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